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de retiro
Paloblanco
Centro de Conferencias
Los Retiros espirituales –en sus distintas moda­ 1. La cultura del bienestar
lidades– han sido utilizados durante siglos por los cristianos para mejorar su vida espiritual. Jamás el hombre, en toda su historia, soñó con un Hasta hace unos años era fácil tener ocasión de hacer grado de confort como el que disfruta hoy en los Y sin embargo, resultan ahora particularmente nece­ Nadie duda que esto es un gran logro humano. sarios, porque estamos inmersos en una cultura carac­ Pero, por otro lado ¿a quién se le escapa, a estas terizada por el materialismo y la ausencia de trascen­ alturas, que también puede tener efectos devas- En estas páginas se realiza una rápida explicación –no En un ambiente de consumismo y hedonismo se llegará a 5 minutos de lectura– de lo que son y para produce la asfixia del hombre espiritual, cuyos qué sirven, con el fin de que muchas más personas afanes e impulsos espontáneos quedan adorme- puedan beneficiarse de este espléndido medio, tan prác­ cidos y se van apagando poco a poco hasta llegar Cursos de retiro
PrediCados Por saCerdotes
del oPus dei
El Opus Dei facilita a hombres y mujeres los medios para que tengan una relación asidua con Dios en medio de su trabajo y sus afanes co- Entre esos medios se encuentran los Retiros. Durante el año se organizan abundantes Cursos de Retiro para todo tipo de personas. Habitualmente ocupan el viernes, sábado y domingo, para que no interrumpan demasiado el horario de trabajo, aunque también se organizan entre semana para El horario de un día del retiro se compone de varias pláticas que imparte el sacerdote, charlas de formación, la Santa Misa, el Rosario, y otros actos de piedad, junto con largos espacios entre acto y acto para meditar por cuenta propia y leer 2. La prisa
4. Un parón necesario
Nunca hemos vivido mejor, pero nunca hemos “¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Para quién trabajo de esta manera?. ¡Que se detenga el mundo un par de días! ¡Necesito pensar!” El horario de trabajo, que a veces acaba demasia- – Pues bien, en cierto sentido un retiro hace rea- do tarde; la familia, a la que quizá dedicamos menos tiempo del que nos gustaría; compromisos ineludibles; relaciones sociales; reuniones e im- La paz de unos días de retiro sirve para pensar con calma en lo importante –lejos de lo que el poeta llamaba mundanal ruido– y poner un poco Enredados en una maraña de compromisos y de orden en las ideas. Familia, trabajo, vida cris- obligaciones, a veces nos preguntamos si somos tiana, amistades. ¿Está cada cosa en su sitio? realmente los protagonistas de nuestra vida, o ¿Tengo que redimensionar algún aspecto de mi simplemente somos empujados por las circuns- tancias que, como una corriente demasiado fuerte, Procurad hacer un poco de silencio también vosotros en vuestra vida Séneca, Sobre la brevedad de la vida propósitos con más decisión. Hoy 3. Dentro de la espiral
resulta difícil crearse “zonas de Muchos son conscientes de que están metidos en desierto y silencio” porque estamos una dinámica humanamente empobrecedora. Sienten vagamente que en su vida –tan llena de ciertas cosas– falta algo. Pero no saben cómo cambiar el curso de las cosas. El trajín del día a día, en el que no queda demasiado tiempo, amor- tigua luego esos vagos deseos de cambio. Y todo comunicación, de modo que la paz Es la dialéctica de lo urgente y lo importante. Siempre hay algo urgente que nos impide encon- interior corre peligro y encuentran 5. ¿Huir del mundo?
6. Un Dios lejano
En una cultura materialista, Dios ha llegado a ser Apartarse del bullicio, retirarse unos días, buscar para tantos y tantos un ser profundamente extraño. el silencio para pensar. ¿No será esto huir del “Pero. ¿existe Dios todavía?” se preguntan. El hombre contemporáneo es torpe para lo reli- No. Un cristiano corriente debe amar apasiona- gioso. Dios suele quedar demasiado lejos de sus damente el mundo en el que vive y los compro- intereses cotidianos, y en otros casos es una pieza misos que de él dimanan. La agitación, el ruido, molesta, que estorba o incomoda el proyecto vital, el bullicio de la sociedad moderna son para él su medio natural, en el que se encuentra a gusto, Unos días de retiro sirven para descubrir a un Dios más cercano, presente en el entramado de Pero el cristiano sabe también que la ciudad de nuestra vida diaria, dando hondura sobrenatural los hombres, que con su esfuerzo ayuda a cons- truir, no es para él la verdadera patria. Su viaje le Unos días de retiro –como otros medios ascéticos que podemos practicar– nos ayudan no a renegar del mundo, sino a distanciarnos lo justo para poder desenvolvernos en él con visión sobrenatural y encontrar –en palabras de San Josemaría– “ese algo santo, divino, escondido en las situaciones plana, pegada a la tierra, de dos dimensión: la altura y, con ella, 7. Recogimiento
8. Aprender a hablar con Dios
Días de retiro son días de silencio y recogimiento Buscar la soledad es una constante en la historia interior. Cerramos por unas horas la puerta de los de la espiritualidad, porque en la soledad acon- sentidos y nos olvidamos de las preocupaciones, tece con más facilidad el encuentro del alma con para dar prioridad a la actividad interior, al examen, a la reflexión pausada –en la Presencia Sin otras preocupaciones que distraigan nuestra atención, resulta más fácil dirigirse a Dios. Apren- El silencio es quizás una de las más graves caren- demos así a manejarnos en esta actividad esencial cias de nuestra sociedad, hasta el punto de que a la vida cristiana: tratar a Dios, hacer oración, algunos llegan a tenerle miedo. Necesitan estar acompañados del ruido externo para no encon- trarse –¡terrible encuentro!– consigo mismos. Los días de retiro se convierten de este modo en escuela de oración cristiana, que se prolongará Dice la famosa frase de Cicerón: “Nunca estoy menos solo que cuando estoy solo”. Puesto en clave cristiana podría traducirse: nunca menos silencio, porque es en el silencio 9. Propósitos de cambio
Como resultado de unos días de retiro bien apro- vechados, vendrán espontáneamente, casi sin buscarlos, los frutos: propósitos de cambio –grande o pequeño– en algún aspecto de nuestra vida. Porque, en definitiva, un Retiro consiste en eso: en situarnos en la Presencia de Dios –que nos invita siempre a una nueva mudanza, a una re- novación de nuestra vida cristiana– y enfrentarnos entra un instante dentro de ti mismo, Y, con la gracia de Dios –y también, si queremos, lejos del tumulto de tus pensamientos. la ayuda del sacerdote– decidirnos a cambiar lo que haya que cambiar, a mejorar lo que haya que y lo que pueda ayudarte a buscarle. conocerse a sí mismos y corregir Di a Dios: busco tu rostro, Señor,

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