Redalyc.mecanismos neurobiolÓgicos de la conducta paterna
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MECANISMOS NEUROBIOLÓGICOS DE LA CONDUCTA PATERNA
Suma Psicológica, vol. 16, núm. 1, junio, 2009, pp. 45-51
www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Suma Psicológica, Vol. 16 N° 1Junio de 2009, 45-51ISSN 0121-4381
NEUROBIOLOGICAL MECHANISMS OF PATERNAL BEHAVIOR
En muchas especies de mamíferos (incluyendo a los humanos) las tareas del cuidado de las crías,excepto la lactancia, son compartidas por el padre y la madre. Aunque se sabe bastante sobre losefectos de la conducta materna en el desarrollo de las crías, poco se sabe acerca de la contribucióndel padre en el desarrollo neural y de comportamiento de las mismas, ni sobre los cambios hormo-nales o mecanismos neurobiológicos que hacen posible el despliegue de la conducta paterna. Elpresente artículo presenta una revisión del estado actual de la investigación en esta área.
Palabras clave: conducta paterna, cuidado biparental, estradiol, testosterona, prolactina.
In many mammal species (including humans) both male and female engage in similar behaviors toprotect and care for the offspring, with the exception of lactation. Although much is known aboutthe effects of maternal behavior on pup development, very little is known about the contribution ofthe male on neural development and behavior of the offspirng or about hormonal changes andneurobiological mechanisms that allow the male to display paternal behavior. This article reviewsthe status of research in these topics.
Key words: paternal behavior, biparental care, estradiol, testosterone, prolactin
Correspondencia: Facultad de Psicología, Fundación Universitaria Konrad Lorenz. Carrera 9 Bis No. 62-43. Correo electrónico:[email protected]
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Sengelaub & Kurz, 1993) los padres emiten una
variedad de conductas que promueven la supervi-
Investigaciones con humanos y primates no hu-
vencia y el desarrollo de las crías y que incluyen
manos sugieren efectos similares de la exposición
entre otras: asistencia en el momento del nacimien-
a experiencias adversas durante la infancia (mal-
to, recuperación de las crías y termorregulación
trato). Por varias décadas, estudios con roedores
(Brown, Murdoch, Murphy & Moger, 1995; Jones
y primates no humanos han intentado develar los
& Wynne-Edwards, 2000) Además de esto, la con-
mecanismos neurobiológicos asociados a dichas
ducta del padre parece ser importante para el de-
experiencias. Sin embargo, la gran mayoría de los
sarrollo del reconocimiento de objetos novedosos
estudios han evaluado únicamente la conducta
(Bredy, Lee, Meaney & Brown, 2004), el crecimiento
materna, dejando de lado la conducta paterna, a
físico (Wang & Novak, 1992) y el desarrollo de
pesar de que algunos datos muestran que el mal-
interacciones sociales (Vieira & Brown, 2003). En
trato es también perpetrado por el padre. Por
condiciones adversas, como por ejemplo cuando
ejemplo, estadísticas sobre el maltrato infantil en
hembras lactantes son mantenidas en ambientes
Estados Unidos señalan que en el 2005 un 40.4%
fríos y deben salir en busca de comida, el papel
de las victimas de maltrato fueron maltratadas por
del padre es fundamental para la supervivencia de
la madre, un 18,3% por los padres y un 17.3%
las crías (Wright & Brown, 2002; Wynne-Edwards
por ambos padres; se sugiere que la diferencia en-
& Lisk, 1989). Cuando por el contrario las condi-
tre padre y madre puede deberse simplemente al
ciones de temperatura y disponibilidad de la co-
hecho de que es la madre la que dedica mayor tiem-
mida son apropiadas, los datos no son tan claros
po al cuidado de los niños (U.S. Department of
e incluso pueden llegar a ser contradictorios. Al-
Health and Human Services, 2005). Datos propor-
gunos estudios por ejemplo, no han reportado cam-
cionados por la Organización de las Naciones Uni-
bios significativos en el crecimiento físico como
das confirman la prevalencia del maltrato por línea
efecto de la presencia del padre (Gubernick et al.,
materna y reconocen el maltrato por línea paterna
1993; Vieira & Brown, 2003) e incluso sugieren
como más relevante la experiencia parental previa
En muchas especies de mamíferos (incluyendo
a los humanos) las tareas del cuidado de las crías,
Además de este rol directo en el desarrollo de
excepto la lactancia, son compartidas por el padre
las crías el padre puede también ejercer una ac-
y la madre. Aunque se sabe bastante sobre los efec-
ción indirecta al modular la conducta materna: la
tos de la conducta materna en el desarrollo de las
participación del macho en el cuidado de las crías
crías, poco se sabe acerca de la contribución del
le permite a la hembra retirarse del nido para con-
padre en el desarrollo neural y de comportamiento
sumir agua y alimento y disminuir la hipertermia
de las mismas, ni sobre los cambios hormonales o
resultante del contacto físico con la camada, lo
mecanismos neurobiológicos que hacen posible el
que proporciona a la madre mejores condiciones
para la crianza (Walton & Wynne-Edwards, 1997;
En primates, el padre se encarga también de
cargar, proteger y compartir alimentos (Nunes, Fite,
Estudios con especies biparentales, han mos-
Patera, & French, 2001). En especies biparentales
trado que crías bajo el cuidado de ambos padres
tales como Jerbos (Mer iones unguiculatus)
son acicaladas y lamidas en mayor proporción que
(Piovanotti & Vieira, 2004), campañoles de pino
crías de camadas bajo el cuidado exclusivo de la
(Lonstein & De Vries, 1999), hámsteres siberianos
madre, lo que promueve el desarrollo cognitivo de
(Phodopus sungorus) (Wynne-Edwards & Lisk,
las crías y más específicamente, su habilidad para
1989) y ratones californianos (Gubernick,
reconocer objetos novedosos y el desarrollo de su
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sistema neuroendocrino (Bester-Meredith & Marler,
estudios sugieren que la conducta parental del
2001; Bester-Meredith, Young & Marler, 1999). En
macho y de la hembra involucra mecanismos
el ratón californiano, una especie biparental con
neuroendocr inos similares (Wynne-Edwards,
altos niveles de agresión y conducta territorial,
2001) la evidencia no es totalmente concluyente y
incrementos en los comportamientos paternos de
de hecho obliga a pensar en explicaciones alterna-
recuperar y agarrar a las crías resultan en un in-
cremento en la agresión territorial cuando las crías
Una de las hormonas involucradas en la con-
maduran (Frazier, Trainor, Cravens, Whitney &
ducta materna mejor estudiadas es la prolactina.
Marler, 2006) y en un incremento en la expresión
En hembras de mamíferos, hay un incremento en
de vasopresina (VP) en el núcleo del lecho de la
PL hacia el final del periodo de gestación, momento
estría terminal - BNST (Bester-Meredith & Marler,
crucial en la producción de leche y en la reducción
2003); estos cambios en los comportamientos pa-
de la latencia en el inicio de la conducta maternal
ternos aparentemente pueden ser transmitido a la
(Bridges & Ronsheim, 1990). Padres roedores
siguiente generación, un efecto integeneracional
muestran generalmente una disminución en los
similar al observado en crías de madres que lamen
niveles de testosterona, un mecanismo que podría
y acicalan a sus crías en mayor proporción
ser el responsable de la disminución en la con-
(Meaney, 2001): ratones expuestos a pocos episo-
ducta infanticida del macho (Brown et al., 1995),
dios de recuperación por parte del padre exhiben
y un aumento en los niveles de PL después del
una disminución en los comportamientos de recu-
parto, aumento asociado al incremento en la con-
peración de los cachorros cuando están criando
ducta paterna (Schradin, 2007). El aumento en
sus propias camadas (Bester-Meredith & Marler,
los niveles de PL durante y después del parto ocu-
rre en un gran numero de mamíferos incluyendo
Durante muchos años las investigaciones so-
primates del nuevo mundo (Callicebus cupreus,
bre la conducta parental han estado enfocadas
Callithrix jacchus, Callimico goeldii y Saguinus
principalmente al estudio de los factores hormo-
oedipus) (Mota & Sousa, 2000; Schradin, Reeder,
nales, ambientales y de experiencia que regulan
Mendoza & Anzenberger, 2003; Ziegler, Wegner,
la conducta materna, y muy poco a los factores
Carlson, Lazaro-Perea & Snowdon, 2000; T. E.
que regulan la conducta paterna. La conducta pa-
Ziegler, Wegner & Snowdon, 1996) y roedores como
terna parece ser iniciada y mantenida por factores
jerbos de Mongolia (Brown et al., 1995) y ratones
distintos a los que inician y mantienen la conduc-
californianos (Gubernick et al., 1993). En primates
ta materna. Mientras que la conducta materna es
los niveles de prolactina están claramente asocia-
influida por claves emitidas por las crías que acti-
dos con la experiencia del padres: a mayor nume-
van una serie de neurotransmisores y hormonas
ro de nacimientos, mayores niveles de PL (Ziegler,
que interactúan entre sí, incluyendo entre otros
Washabaugh & Snowdon, 2004). En humanos,
p r o l a c t i n a ( P L ) , e s t r a d i o l , p r o g e s t e r o n a ,
hombres que por primera vez son padres exhiben
testosterona, oxitocina (OT), vasopresina y
un incremento en los niveles de PL durante las úl-
dopamina (DA) (Swain, Lorberbaum, Kose &
timas semanas de embarazo de su pareja y en res-
Strathearn, 2007), la conducta paterna parece es-
puesta al llanto de bebés y una corta disminución
tar regulada por múltiples factores, incluyendo
en los mismos cuando son sometidos a estímulos
entre otros la estimulación por parte de la hembra
infantiles, disminución que desaparece en padres
durante el apareamiento, la cohabitación con una
experimentados y en padres que informan sentir-
compañera preñada y estímulos emitidos por las
se preocupados por el llanto del bebé y manifies-
tan interés en calmarlos (Delahunty, McKay,
Existe controversia sobre el papel de las hor-
Noseworthy & Storey, 2007; Fleming, Corter,
monas en la conducta paterna y aunque algunos
Stallings & Steiner, 2002; Storey, Walsh, Quinton
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& Wynne-Edwards, 2000). No obstante, estudios
Datos contradictorios también han sido repor-
recientes con hámsteres biparentales (Phodopus
tados sobre el rol de la progesterona en la conduc-
campbelli) y marmosetas (Callithrix jacchus), pa-
ta paterna, aunque son relativamente pocos los
recen apuntar en otra dirección: inyecciones de
estudios que han abordado este tema. Alteracio-
agonistas de DA que reducen los niveles de PL en
nes experimentales en los niveles de progesterona
la per ifer ia no alteran la conducta paterna
como las presentes en ratones knockout (PRKO) o
(Almond, Brown & Keverne, 2006; Brooks, Vella &
en ratones a los cuales se les han aplicado antago-
n i s t a s q u e i n t e r f i e r e n c o n r e c e p t o r e s d e
Además de PL, algunos estudios con humanos
progesterona, resultan en una disminución de la
sugieren la participación de estradiol en la regula-
conducta infanticida y la agresión hacia los ca-
ción de la conducta paterna: los niveles de estradiol
chorros (Schneider et al., 2003). Sin embargo, en
en hombres que pronto serán padres son mayores
un estudio reciente con ratas, tratamiento con un
que en sujetos control y en padres primíparos au-
antagonista de progesterona no tiene efectos sig-
mentan después del nacimiento (Berg & Wynne-
nificativos en la conducta paterna de los machos
Edwards, 2001; Storey et al., 2000). Esta relación
(Nephew, Lovelock & Bridges, 2008). Estudios
reportada en humanos no ha sido sin embargo
s o b r e e l r o l d e p r o g e s t e r o n a e n e s p e c i e s
confirmada en otras especies biparentales e inclu-
biparentales son aún escasos: en padres de rato-
so se han publicado datos contradictorios: rato-
nes californianos los niveles de progesterona son
nes californianos biparentales y campañoles de
inferiores a los niveles en aquéllos que no son pa-
pradera muestran una reducción en su conducta
dres pero en hámsteres biparentales aunque hay
paterna como efecto de la reducción en los niveles
un leve incremento antes del nacimiento que no se
de testosterona después de haber sido castrados
da en la especie no parental, los niveles no difie-
(Trainor & Marler, 2001; Wang & De Vries, 1993)
ren en machos sexualmente ingenuos (Schum &
pero dicha alteración parece estar mediada por la
aromatización de testosterona en estradiol (Trainor
Además del posible efecto de esteroides en la
& Marler, 2002); por el contrario, hámsteres
conducta paterna, péptidos como VP y OT tam-
biparentales que actúan como parteras durante el
bién involucrados en la regulación de los lazos
nacimiento de sus camadas y son más responsivos
entre parejas, pueden ser importantes. Reportes
a crías que son alejadas del nido exhiben altos
iniciales en ratones californianos machos mostra-
niveles periféricos de estradiol pero dichos niveles
ron cambios en los niveles de oxitocina a lo largo
se mantienen estables antes y después del naci-
del ciclo reproductivo reduciéndose antes del par-
miento de las crías, lo que no ocurre con hámsteres
to y permaneciendo bajos en el período posparto,
no biparentales (Schum & Wynne-Edwards, 2005);
pero no hallaron diferencias en los niveles cuando
adicionalmente, aunque haya una reducción en los
compararon especies biparentales y especies no
niveles de estradiol (en la periferia o en el sistema
parentales, lo que sugeriría que OT no es impor-
nervioso central) como efecto de la castración
tante para el inicio de la conducta paterna
(Hume & Wynne-Edwards, 2005) o por el uso de
(Gubernick, Winslow, Jensen, Jeanotte & Bowen,
inhibidores del proceso de aromatización (Hume
1995). Este parece ser también el caso en campa-
& Wynne-Edwards, 2006), no hay alteraciones en
ñoles de pradera: aunque en las hembras hay un
la conducta paterna y los padres siguen recupe-
incremento en la concentración de OT en el
rando con mayor frecuencia a crías que son aleja-
hipotálamo después del nacimiento de las crías,
das experimentalmente del nido, en comparación
lo mismo no ocurre en los machos (Wang, Liu,
con hámsteres no biparentales (Hume & Wynne-
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A diferencia de OT, vasopresina parece estar
y machos, la evidencia disponible sobre la con-
involucrada en la regulación de la conducta pater-
ducta paterna es aún escasa y en la mayoría de
na, por lo menos en algunas especies. Compara-
los casos contradictoria. Aunque algunos autores
ciones en la distribución de neuronas, fibras y
rechazan ya de plano esta suposición (Wynne-
r e c e p t o r e s d e v a s o p r e s i n a e n t r e r a t o n e s
Edwards & Timonin, 2007), es necesario todavía
californianos (biparentales) y ratones de pies blan-
describir más en detalle la conducta paternal en
cos (Peromyscus leucopus – no parentales) mos-
las diferentes especies biparentales y su relación
traron diferencias que pueden estar asociadas a la
conducta paterna: la especie biparental tiene unamayor inmunoreactividad en el BNST y en el
septum lateral y una mayor densidad de recepto-
Almond, R. E. A., Brown, G. R. & Keverne, E. B. (2006). Suppression
res en el septum lateral (Bester-Meredith et al.,
of prolactin does not reduce infant care by parentally
1999). Igualmente, en campañoles de pradera la
experienced male common marmosets (Callithrix jacchus). Hormones and Behavior, 49(5), 673-680.
expresión de vasopresina aumenta después del
Berg, S. J. & Wynne-Edwards, K. E. (2001). Changes in testosterone,
parto, lo que no ocurre con su contraparte no
cortisol, and estradiol levels in men becoming fathers. Mayo
Además de los cambios hormonales antes men-
Bester-Meredith, J. K. & Marler, C. A. (2001). Vasopressin and
aggression in cross-fostered California mice (Peromyscus
cionados, el comportamiento materno involucra
californicus) and white-footed mice (Peromyscus leucopus).
correlatos neuroanatómicos claramente definidos:
Hormones and Behavior, 40(1), 51-64.
lesiones del área preóptica medial (APM) están aso-
Bester-Meredith, J. K. & Marler, C. A. (2003). Vasopressin and the
ciadas a alteraciones en el inicio y mantenimiento
transmission of paternal behavior across generations inmated, cross-fostered Peromyscus mice. Behavioral
de la conducta materna (Numan, 1974; Numan,
Rosenblatt & Komisaruk, 1977; Swain et al.,
Bester-Meredith, J. K., Young, L. J. & Marler, C. A. (1999). Species
2007) e implantes de estradiol y prolactina en esta
differences in paternal behav ior and aggression inperomyscus and their associations with vasopressin
área estimulan el comportamiento materno
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paterna aún persiste, pero hay algunos estudios
(Peromyscus californicus). Hormones and Behavior, 46(1),
que sugieren semejanzas en los correlatos neurales
de la conducta paterna y materna. Estudios con
Bridges, R. S., Numan, M., Ronsheim, P. M., Mann, P. E. & Lupini,
ratones californianos mostraron diferencias en el
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tamaño del APM de hembras y machos, pero di-
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chas diferencias desaparecieron cuando unos y
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otros se volvieron padres (Gubernick et al., 1993);
Bridges, R. S. & Ronsheim, P. M. (1990). Prolactin (PRL) regulation
of maternal behavior in rats: bromocriptine treatment
adicionalmente, lesiones en esta área y en la amíg-
delays and PRL promotes the rapid onset of behavior.
dala basolateral (otra región tradicionalmente vin-
culada a la conducta materna) producen latencias
Brooks, P. L., Vella, E. T. & Wynne-Edwards, K. E. (2005). Dopamine
mayores en el despliegue de la conducta paterna y
agonist treatment before and after the birth reduces prolactinconcentration but does not impair paternal responsiveness
alteraciones en sus conductas de oler, lamer y aci-
in Djungarian hamsters, Phodopus campbelli. Hormones
calar a las crías (Lee & Brown, 2002, 2007).
En resumen, aunque se ha sugerido le existen-
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Hertfordshire County Council (the “Council”) GENERAL CONDITIONS OF PURCHASE applicable to all purchase orders (the order) placed with the Council’s suppliers (the Contractors”) Variation Neither the Council nor the Contractor shall be bound by any waiver, variation or addition to these conditions unless that variation, waiver or addition shall have been agreed and