La alegría también es brasileña | question digital
La alegría también es brasileña | Question Digital
FABIANA FRAYSSINET | La legendaria alegría brasileña comienza reflejarse en la fría s últimos años, superior a la lograda por otros países emergentes. Fabiana Frayssinet – IPS
La investigación “Los emergentes de los emergentes”, presentada por el Centro de PolíticasSociales de la Fundación Getulio Vargas (CPS), compara el desempeño económico-social deBrasil con el de China, Rusia, India y Sudáfrica, los otros miembros del l amado grupo BRICS.
Ese conjunto de países, que alberga actualmente a másde la mitad de los pobres del mundo, multiplicará porsiete para 2050 su relación con la renta generada por elGrupo de los Siete países más ricos del mundo, segúndestaca en su prólogo el estudio, realizado con apoyodel Banco Interamericano de Desarrol o.
Basado en índices del Gal up World Pol de 2009 sobre“el gradde satisfacción de vida”, el coordinador delinforme, Marcelo Neri, comparó “el índice de felicidad”entre los países del BRICS.
Fue así que estableció que, mientras en Brasil, en una
escala de 0 a 10, el índice de felicidad es de 8,7, el de Sudáfrica y Rusia es de 5,2, y el de China eIndia de 4,5.
“Superamos a los demás países”, celebró Neri en entrevista con IPS. “Pero mejor que eso, Brasiles el único del BRICS que mejoró en el ranking mundial de la felicidad, pasando de la posición 22en 2006 a la 17 en 2009, destacó.
Neri, que como economista tiene el vicio de comparar, dice que como brasileño lo hace aún más.
Ironizando con la costumbre local de ubicarse como “los mayores del mundo” en cualquier ítem deanálisis, aclaró que, aunque integre el BRICS, lo que de verdad prefiere es estar “entre los BIG”, enreferencia a los países que ganaronmás campeonatos mundialesorganizados por la Federación Internacional de Fútbol Asociado, que son Brasil, con cinco títulos,Italia con cuatro y Alemania con tres.
Bromas aparte, lo que ha hecho más feliz a los brasileños no es ni el fútbol ni elcarnaval, su fiesta máxima, sino el vertiginoso ritmo de ascensión social de la última década.
El estudio busca identificar, por ejemplo, si el crecimiento macroeconómico se refleja en el bolsil odel ciudadano común y los sectores beneficiados con eso en cada país. Con ese propósito, indicaque entre 2003 y este año unos 48,7 mil ones de brasileños salieron de la pobreza y ascendieron alas clasificaciones elaboradas por el os como A, B y C
El criterio utilizado por los investigadores es ubicar a quienes tienen ingresos mensuales mayoresal equivalente a 4.215 dólares en la clase A, a los que reciben entre 3.233 y 4.215dólares en la B, y a los que están entre 750 y 3.233 dólares en la C.
Por debajo de ese nivel de ingresos se coloca la clase D, que son los que van de 468 a 750dólares y la E que son los menos favorecidos con ingresos por debajo de los 468 dólares.
Los mil ones de personas que ascendieron a la clase media durante el gobierno del izquierdistaLuiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) lo lograron, según Nery, gracias a la estabilidad económica,el aumento del empleo formal y a programas de transferencia de renta como Bolsa Familia.
“Es como si una España o una Argentina completa hubieran salido de la pobreza e ingresado en laclase media”, comparó Neri, quien se declaró sorprendido por “el tamaño de la nueva claseconsumidora”.
“Es un contingente gigantesco de personas que se incorporan al mercado”, lo cual explicaría porejemplo la recientemente anunciada fusión entre la red de supermercados Carrefour y Pao deAcucar, añadió.
“Muchas personas ahora quieren comer más y mejor”, aseguró.
Según el estudio, la nueva dinámica social hizo que la clase C sea ahora la más numerosa deBrasil, al comprender 55 por ciento de los 191 mil ones de brasileños.
También se destaca que el surgimiento de “una nueva clase emergente en un país emergente”,tiene lugar en un contexto de vertiginosa reducción de la desigualdad social. Brasil es el país delBRICS que, aunque no creció al ritmo de los otros, consiguió distribuir mejor su riqueza, segúnesas estadísticas.
Un indicador de esa mejoría, destacó Neri, es que la renta familiar creció al año a un promedio de1,8 por ciento por encima del producto interno bruto (PIB), mientras que en China esa relación esinversa en casi igual porcentaje en el período analizado, entre 2003 y 2010.
“Lo microsocial esta evolucionando mejor que lo macroeconómico, al contrario de los otros paísesdel BRIC, concluyó el experto.
En los últimos 10 años, por ejemplo, la renta de 50 por ciento de los más pobres de Brasil creció68 por ciento, mientras que la de 10 por ciento de los más ricos apenas aumentó 10 por ciento.
En el mismo período, Brasil tuvo el segundo mejor índice de crecimiento anual de renta familiar enla franja del 20 por ciento de los más pobres, con un aumento de 6,3 por ciento, detrás de China,con 8,5 por ciento, y seguida de Sudáfrica con 5,8 por ciento e India con uno por ciento.
“La desigualdad social cae en Brasil, mientras que aumenta en todos los otros paísesdel BRIC”, subrayó.
El economista citó los casos de China e India, dónde la clase social con renta másalta y con mayor formación profesional es la que mejora.
En Brasil, en cambio, ese crecimiento se da en los sectores tradicionalmente sin calificaciónprofesional y con históricas “relaciones casi de esclavitud laboral”, como las empleadasdomésticas y los trabajadores gastronómicos y de la construcción, así como los pequeñosagricultores. Todos quienes ahora comienzan a incorporarse al mercado formal de trabajo.
El economista Adhemar Mineiro, del Departamento Intersindical de Estadísticas y EstudiosEconómicos, atribuye esos resultados a los aumentos del salario mínimo y, en menor medida, alos programas de transferencia de renta implementados a partir de la l egada al gobierno de Lula.
“Lo que parece ocurrir en Brasil, impulsado también por esas políticas, es una enorme expansióndel crédito para consumo popular y, por ende, la ampliación de la ciudadanía económica, deconsumo para una importante parte de la población”, comentó a IPS Mineiro, también asesor de laConfederación Sindical de las Américas.
Pero el economista agrega también un factor político e histórico. “En Brasil, tenemos después de
muchos años una coincidencia entre un ciclo democrático en lo político y un ciclo de crecimientoeconómico, como no sucedía desde la segunda mitad de los años 50″,precisó.
Sin embargo, advirtió que existe una “cierta soberbia” en considerar que la población que sale dela miseria “casi inmediatamente se transformen en una nueva clase media”. Un fenómeno en elque, aclaró, deben medirse otros componentes, no sólo económicos sino también sociológicos yantropológicos.
“Es fundamental verificar si, con la continuidad de ese proceso, esa expansión del consumo sepodrá transformar en motor de crecimiento de la economía, generando un proceso estructural delargo plazo (…) o si los sectores conservadores insistirán en la integración del país al mercadomundial como exportador de materias primas agrícolas y minerales como ocurre ahora”, sostuvo.
A pesar del optimismo y a la “felicidad”, Nery también admitió que el camino a recorrer es aúnlargo, pues 24 mil ones de brasileñas y brasileños todavía están excluidos de los beneficioseconómicos.
Un camino lejano para cambiar la lógica de una famosa canción brasileña de Vinicius de Moraes yTom Jobim que en su estribil o dice: “Tristeza no tiene fin… felicidad sí”. NOTAS RELACIONADAS:
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